Fiesta patronal del pueblo de la Fiesta eterna

Fiesta patronal del Señor del Perdón

 

por:Itati Carolina Vazquez Gonzalez

03 Diciembre del 2013

Tienen lugar durante la segunda Quincena de mayo, siendo el último domingo del mes el más importante. En ésta se celebran exposiciones artesanales, coronación de la reina, corrida de toros, bailes, serenatas, danza tradicional de los Sonajeros, carros alegóricos el lunes siguiente al día principal y fuegos artificiales.

Estas fiestas patronales tienen su origen en el juramento que se realizó el 9 de abril de 1806, en donde se señala y reconoce a la imagen del Señor del Perdón como patrono y protector contra los temblores.

Esta fiesta es la más importante de las 54 que se celebran durante el año en Tuxpan que, se ganó el título de ‘pueblo de la fiesta eterna’. Esta población del sur de Jalisco puede ser considerado emblema de la religiosidad mexicana, que resulta evidente y casi palpable para los que se confrontan con la cultura de este país por primera vez.

La religión católica, que fue ‘importada’ por los colonizadores españoles y que fue infundida en la vida de los indígenas, ahora reina soberana, mientras que en España los templos están cada vez más vacíos.

Lo más increíble es que en México organizar una fiesta, ser mayordomo, no es un privilegio para ricos o acomodados. De hecho se puede decir que cada quien, de cualquier clase social, puede ser mayordomo, aunque se cubra de deudas. Quizás la famosa hospitalidad mexicana deriva en alguna manera de la religión cristiana, la cual exalta valores como la generosidad y la disponibilidad hacia los demás. Estas características son típicas de esta población: la primera cosa que un visitador escucha al llegar a México es ‘mi casa es tu casa’, no importa si la persona que lo dice sea rica o pobre.

La importancia que la religión reviste en la vida de los mexicanos es evidente durante el último día de la celebración del Señor del Perdón, cuando los tuxpanenses esperan en las calles de toda la ciudad que pase el carro con la imagen del Santísimo, que está en la ultima alegoría de la procesión que dura más de tres horas.